Cuentan que una vez un ejecutivo en viaje de negocios llegó al hotel donde habitualmente se alojaba y entregó en recepción un billete de 100$ como abono a la cuenta de su alojamiento. Mientras el huésped se dirigía a su habitación cobrando reparación que hizo ´ días antes. El dueño del hotel se disculpó explicándole que no podía pagarle la factura total ya que debido al mal tiempo no había recibido turistas, pero sin embargo podía darle un abono de 100$.
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