Concentrarse demasiado para que una idea se nos ocurra es un error: ya le habrá pasado eso de quemar neuronas para nada. Un estudio de las universidades de Londres y Viena apunta a reforzar esa idea pero por la contraria. El equipo científico que lo llevó a cabo concluyó que un exceso de concentración bloquea la mente y que las ideas más creativas y originales brotan cuando menos se las busca: sin dar vueltas, dicen que uno de los lugares más apropiados es bajo la ducha.
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