Que el correo ordinario se ha perdido por completo es ya una realidad. Exceptuando algunos románticos que siguen enviando cartas a día de hoy y gracias (o por desgracia) del email eso de mandar cartas está casi acabado. Sin embargo hay ciertas situaciones que requieren de enviar una carta y para que engañarnos, es un engorro ir a comprar sellos, un sobre y echarlo al correo.
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