De hito de la arquitectura a un completo desastre en apenas cuatro años. La torre mirador Miramar de Valencia pasó del boato inaugural al más profundo de los abandonos. Tras una década de obras que costaron 23 millones de euros, y que supusieron un sobrecoste de un 40%, el Ministerio de Fomento lo inauguró oficialmente el 11 de junio de 2009. Desde aquel momento, nadie se ha preocupado de su mantenimiento. Se ha convertido en territorio salvaje.
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