Un insectito que vive en temperaturas cálidas ha estado debastando tenazmente los cafetales africanos, latinoamericanos y mundiales. Las altiplanicies etíopes deberían ser el lugar ideal para cultivar café, pues allí se originó hace siglos. El café Arábica es muy sensible a las temperaturas, que deben mantenerse entre 17 y 21 ºC. Pero el aumento de 2 grados por década, además ha favorecido la expansión del broca del café, continua desde los años 80. Ambos factores hicieron caer las exportaciones etíopes un 33% el año pasado. En inglés.
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