(C&P) Lo lógico sería buscar un modo pacífico de convivencia, sin marginar quienes no opinen de una manera diferente y reconocer que los otros ciudadanos tienen derecho a existir y a participar en la sociedad. No se trata, pues, de marginar a alguien, sino de convivir de modo que, las diferencias, no sean excluyentes. Que sean diferencias mutuamente aceptadas y, a su vez, con derechos recíprocamente reconocidos.
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