Existe cierto complejo para reconocer a los patrocinios con la misma naturalidad que se aceptan. Lógicamente, al patrocinador hay que darle la repercusión que merece. Entre la inversión que hace y la compensación de imagen debe haber correspondencia. En otros lugares se ve como algo muy natural. La imagen se traduce en reputación, prestigio, confianza, que en el mundo financiero y empresarial tienen gran importancia.
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