Esto es lo que ha pasado en el último partido entre el Al Nahdha y el Al Ittihad (Omán). El portero de uno de los equipos se da cuenta cuando va a hacer el saque de puerta de que tiene los cordones de la zapatilla desatados. Tiene miedo de que al chutar la zapatilla salga volando y se quede sin ella pero también de dejar la pelota en el suelo y que un jugador del equipo contrario aproveche para marcar gol. ¿Qué sucede? Pues que el brasileño Jobson, en un gesto de solidaridad total, le ata los cordones. Y el árbitro sanciona al portero.
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