David Barber, de la Universidad de Manitoba, ha publicado un estudio que afirma que el hielo polar ha mostrado falsos signos de recuperación en imágenes satelitales, ya que, aunque parece expanderse, cambió de una capa gruesa de varios años de edad, a una más delgada y de un solo año. Una de las conclusiones de Barber, que lleva 25 años estudiando el Ártico, es que el hábitat del oso polar se limita drásticamente, ya que este hielo no lo sostiene. Otros científicos han documentado al menos siete casos de osos adultos alimentándose de cachorros.
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