¿Esperábamos que los hambrientos somalíes se quedaran pasivamente en sus playas, remando en nuestra basura nuclear, y arrebatándoles su pesca para comer en nuestros restaurantes de Londres, París y Roma? No hicimos nada sobre estos crímenes - pero cuando algunos pescadores respondieron interrumpiendo el tránsito del corredor del 20 por ciento del suministro de petróleo del mundo, comenzamos a gritar acerca de "el mal". Si realmente queremos hacer frente a la piratería, necesitamos parar su causa - nuestros crímenes - antes de enviar barcos ...
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