En busca de flora más que de fauna, un nudibranquio del tamaño de un plato que se “alimenta con energía solar” – Phyllodesmium longicirrum – cultiva algas unicelulares zooxantelas dentro de su propio cuerpo. Alimentándose sobre un coral blando, Sarcophyton, el nudibranquio hurta células de alga y las acumula dentro de su sistema digestivo, con el que se llenan las apéndices llamadas ceratas, que tienen una forma de pala.
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