La educación que padecemos desde hace mucho está produciendo generaciones a las que apenas se ha hablado de belleza, de literatura, de historia, de artes plásticas, de música, de poesía,.. ni, por supuesto, de ciudad y de arquitectura. Todo lo más, si acaso, como algo añadido, como un adorno. Se ha propiciado la mirada macular, la del águila que sólo distingue y persigue su presa, más aún, se ha enseñado a mirar el campo sólo como el marco que rodea a la presa. También a disputar la presa al vecino.
|
etiquetas: arquitectura , reflexiones , ley , servicios , profesionales