Investigadores de la Universidad de Washington han demostrado que cuando los seres humanos utilizan esta tecnología – llamada una interfaz cerebro-ordenador – el cerebro se comporta como lo hace al completar tareas motoras simples, tales como patear una pelota, escribir o agitar una mano. Aprender a controlar un brazo robótico o una prótesis podría convertirse en algo natural para las personas minusválidas. Traducción en
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