Un jubilado gijonés se dirigió como cada tarde a la finca contigua a su casa para dar comida a dos burros. Éstos le perpetraron un salvaje ataque. Antonio, que se encontraba en un autocine cercano a la finca viendo la película «Los Vengadores» escuchó los gritos y accedió a la finca donde se encontró el espectáculo dantesco de los burros mordiendo y golpeando al ganadero aficionado. Cogió unos palos y comenzó a golpear a los animales para ahuyentarlos. «Al macho le di cinco o seis golpes. Tenía en la boca la mano, completamente ensangrentada».
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