Nadie sabe quién fué. O quizás nadie quiere decir quién aplicó la brocha de color negro, pero algo más de un kilómetro de la PO-313, a su paso por la localidad pontevedresa de Marín, perdió en la madrugada de ayer su señalización horizontal. No es la priemra vez, y es que la línea continua obliga a los vecinos a dar un rodeo para ir a su casa.
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