Hace un mes y una semana que la periodista mexicana Lydia Cacho debió dejar su casa en Cancún -esa que la mantiene cerca del mar, que es su lugar de energía- por amenazas de muerte. "Si sigue investigando, la mandamos en pedacitos a su familia", le dijeron. No era la primera vez que las recibía. Con la publicación de su primer libro periodístico, 'Los demonios del edén', no solo fue foco de amenazas de muerte: sufrió una detención arbitraria por la Policía, que la llevó a afrontar las peores horas de su vida.
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