La idea, materializada por la compañía italiana Almax mediante un sistema denominado EyeSee, no es nueva. Antes se empleó en instalaciones como los aeropuertos para identificar a delincuentes. Y es que, según denuncian sus detractores, el programa informático asociado a estas figuras reconoce los rasgos físicos de los individuos, calcula su sexo, raza y edad, etc., acciones que, en su opinión, suponen una intromisión intolerable.
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