Once millones de hipotecas, son la prueba concluyente de que en España, y especialmente, el ciudadano común no razona, y cuando lo hace, lo hace en base a elementos y datos falsos que no es capaz de analizar inteligentemente. Pretender una concienciación y levantamiento espontáneo es equiparable a esperar la venida de los reyes magos el seis de enero.
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