Montarse un grupo que sólo se dedica a hacer versiones de otra banda es algo digno de estudio, un ejemplo de cómo la admiración desemboca en fanatismo y el fanatismo en ideas descabelladas. Pero hay algo entrañable en todas las bandas tributo, aunque especialmente en aquellas que no se lo toman demasiado en serio y deciden darle una vuelta de tuerca al concepto.
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