La crisis no entiende de fronteras y ayer se demostró con batacazos bursátiles en todos los mercados internacionales. Occidente y Oriente sucumbieron por igual a los números rojos y los mercados emergentes vivieron su mayor caída en casi dos décadas. Hoy, las bolsas de China, Rusia y Brasil, entre otras intentan curar sus heridas. Sin embargo, la volatilidad y la falta de confianza complican la tarea.
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