Bosé es un triunfito de sí mismo y sus canciones son en realidad anuncios de ellas mismas: ahí reside su posmoderno encanto. Nada por aquí, nada por allá. Puro artificio huero. Tomarse en serio a Papito es como disertar sobre el pensamiento político de Esperanza Aguirre: absurdo. Sólo así podemos entender que el primer tema, 'Ayurvedico', vaya dedicado a la dieta con la que adelgazó 20 kilos. Sólo así se puede tolerar que en la segunda, 'Cardio', nos recite las preposiciones con un lamentable swing, y que su público (mayoría de pibones y gays)
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