Hellisheidi, Islandia • Entre nubes de vapor en la periferia de un volcán en Islandia, un equipo internacional de científicos comenzará a bombear agua carbonatada en un pozo profundo a fin de lograr una reacción en la que el dióxido de carbono quede atrapado para siempre. La descomposición química del CO2 —el principal gas de efecto invernadero al que se atribuye el calentamiento global— constituye un tipo de alquimia del siglo XXI sobre la que investigadores y gobiernos fincan esperanzas para desacelerar o detener el cambio climático.
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