El Congo es un país maldito, masacrado por epidemias, guerras tribales y catástrofes naturales donde sólo brilla una luz de esperanza. Es la de los misioneros, 200 de los cuales son españoles. Mientras la hermana María, burgalesa, se recupera de la amputación de sus piernas, otros como el padre Alfonso, navarro, protege con su vida a 1.800 personas. El periodista visita de nuevo el lugar para encontrarse con misioneros con los que ya estuvo en aquel terrible 1994. «_Si_ no fuera por la fe, yo no estaría aquí»
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