A algún misterioso personaje -o a varios, vete tú a saber- no le caen bien los perros de sus vecinos de Otívar. En los últimos meses ha sembrado esta localidad costera, y su vecina Jete, de cebos envenenados ocultos que están haciendo a los animales de compañía caer como chinches. Se ha podido constatar, a través de los dueños de las mascotas, cerca de veinte muertes de perros en los últimos meses y basta preguntar en el pueblo para encontrar nuevos casos. Las 'víctimas' del envenenador canino pueden ser muchas más.
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