La irrupción de Podemos es sin duda el acontecimiento mediático más destacado de los últimos tiempos. La candidatura puede presumir de haber conseguido más impacto en su primer mes que el Partido X en su primer año o las CUP en su primera década. La cuestión es si esta apuesta –que nace dentro de la lógica televisiva en un momento en el que algunos pensábamos que el 15M había inaugurado un tiempo de redes– va más allá de eso. Es decir, si se trata de una apuesta de movimiento democratizadora, o simplemente de una operación para negociar con IU
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