Desde que Mickey Mouse silbase en al timón de su barco de vapor, la música se convirtió en una parte esencial e indivisible de la factoría Walt Disney. En torno a los años 30, el éxito de una serie de cortos animados y sonoros llamada Silly Simphonies llevaron a Disney a explotar esa fuerza musical en su primer largometraje, ‘Blancanieves y los siete enanitos’ (1937). El resto es historia.
|
etiquetas: disney , bandas sonoras , musicales , alan menken