El ser humano es un animal de costumbres y la vida se rige por los parámetros de la naturalización. La derecha, a través de la naturalización de un mundo desigual, enaltece la politiquería berreta de “salvar a los míos” a cualquier precio. Y la izquierda propone la revolución del campesinado como instancia necesaria para llegar a un sistema dictatorial que no soporta las divergencias y aliena a sus miembros. Y en el medio, un mundo que se colapsa día a día... [Extraido de
www.30seg.com.ar]