Hay que seńalar en cualquier caso que Chesterton es pesimista. Un pesimista alegre, jocundo, rabelesiano, pero pesimista al cabo. El escepticismo y la fatiga que nutren de modo sorprendente los relatos de "El hombre que sabía demasiado"... Más allá de estas peculiaridades que le sitúan en una posición solitaria y justifican el lugar distinguido y anómalo que ocupa en las letras europeas, el mérito más inmediato del escritor inglés es, obviamente, su enérgica literatura
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