«Tenga paciencia, mujer, si le pega. ¿No ve usted que bastante desgracia tiene su marido con una mujer paralítica?». Con esta frase, acompañada de un paternal «Ande, vuelva para casa, ¿dónde va a estar mejor?», fue recibida hace diez años una mujer maltratada en una comisaría asturiana. Sila Murillo se lamentaba de que hoy, una década después y bien entrado el siglo XXI, «todavía la violencia a las mujeres con discapacidad sigue siendo invisible». Según las estadísticas, el 80% de ese colectivo sufre agresiones no denunciadas.
|
etiquetas: maltrato , discapacidad , sila murillo