En un reportaje al que no le falta ni el vídeo -ambientado con la divertida “Boyz Shorty Wanna Ride” de Lokixximo-, lejos de dar cuenta de «accidentes sufridos por los púgiles» o de reflejar el «sórdido mundo» del boxeo, la honestidad de los promotores de esta iniciativa queda libre de toda duda.
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