Activistas por el medio ambiente, políticos, anti-guerra y por los derechos de los animales, entre otros, son el objetivo de la policía australiana, que llegó al extremo de contratar a una compañía privada para que espíe sus acciones en internet. La compañía lleva haciendolo en secreto durante cinco años, y pasando informes a diferentes agencías del gobierno, sobre sus encuentros y planes. Todo esto sale a la luz por una investigación por las actividades ruinosas de la policía para espiar a activistas. [ENG]
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