A Mohamed Higazi lo persiguen la policía y los islamistas por ser el primer cristiano converso que ha osado pedir al Estado egipcio el reconocimiento oficial de su nueva fe. Lleva siete meses escondido, pero le gusta que le llamen por su nombre cristiano, Bishoy. Nunca puede decir dónde se encuentra, porque sabe que lo «están buscando».
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