"Es grande la precariedad en la que se mueven la mayor parte de los jóvenes investigadores. Con más de 30 años viven de becas, hay muchas dificultades para hacerles contratos. Es lamentable la cantidad de trabas. Los jóvenes van allí donde obtienen una beca. Ahora se están reduciendo las convocatorias y el número de becas, por lo que las expectativas de muchos se están viniendo abajo. Algunos tirarán la toalla y se buscarán un sueldo intentando dar clases en institutos de secundaria. Esos ya no volverán a hacer ciencia."
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