En un programa de televisión me preguntan qué creo que nos deparará 2010. Digo lo que pienso. Al acabar, el presentador me dice: “le veo pesimista”. Y no me gusta. No me gusta serlo ni que piensen que voy esparciendo pesimismo. Me gusta exactamente lo contrario. Y en ese momento, me apetece echar la culpa al prójimo y le digo al presentador que me ha hecho mal la pregunta.
|
etiquetas: economia