La homosexualidad ya no suscita polémica en el país alpino, pero si un político interviene en el Parlamento para anunciar que ha cambiado de sexo, entonces el tema da buenos titulares a los diarios. Este político se llama Alecs (ex Anja) Recher, un concejal de Zúrich que se cansó de guardar su mayor secreto o utilizar una barba postiza. Hace ocho semanas recibió su primera dosis de testosterona. Empero, ya antes de que se le inyectara en las venas la hormona masculina, el joven zuriquense ya se sentía fuerte como un hombre.
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