A todos nos ha pasado alguna vez. Tras estar quietos durante un rato, al volver a movernos, se desencadena una sinfonía poco agradable de ruidos en nuestros huesos. O, al frotarnos las manos, sucede lo propio. Es un fenómeno muy común y, desde el punto de vista de la salud, no tiene la más mínima importancia. Pero, ¿Por qué ocurre esto? relacionada:
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