El robot de la UPM, al igual que los otros competidores, deberá desplazarse desde el punto de aterrizaje hasta alcanzar el borde de un cráter al que deberá descender, enfrentándose para ello a una pendiente de hasta 40 grados. Una vez alcanzado el fondo del cráter, situado a 15 metros de profundidad, el robot deberá de localizar y recoger al menos 100 gramos de material lunar del suelo. Luego tendrá que salir del cráter escalando la pared, y regresar al lugar de aterrizaje.
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