Las ovejas viven confinadas en pequeñas jaulas, sin acceso a luz natural, ni pastizales, son alimentadas con raciones muy pobres de comida, por lo que suele decirse que viven con hambre constante. Para garantizar la pureza y limpieza de la lana, son cubiertas con una capa de nylon, para evitar todo tipo de suciedad y polvo en el producto final. Estas ovejas no son capaces de resistir por más de cinco años esa vida de sufrimiento, esclavitud y privaciones que les impone en nombre de la moda.
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