Es uno de esos lugares a donde nunca llegarán un turista, un médico, un político, un informático, un abogado, un arquitecto, un hijo de papá…A Slab City sólo vas cuando te quedan la piel, tres o cuatro dientes, un par de pantalones y, si eres un privilegiado, el talón mensual del salario social para mayores de 65, ciegos o lisiados. La reportera australiana Claire Martin tiene cara de niña pero voluntad perseverante. Con menos de treinta años se ha convertido en una fotoperiodista valiente.
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