La reproducción en miniatura de la catedral de Milán con que este domingo un desequilibrado mental agredió al primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se ha convertido en uno de los souvenirs más fotografiados y comprados por los turistas. Se trata de una pequeña estatuilla de resina y yeso que mide 10 por 7 centímetros de base y 9 centímetros de altura. Este aparentemente inofensivo objeto se convirtió este domingo en una violenta arma arrojadiza tanto por su consistencia como por las numerosas aristas de que está compuesto.
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