La desesperante situación en la que están inmersas muchas familias ha disparado los hurtos famélicos, o lo que es lo mismo, roban para poder comer. Los supermercados vigueses han activado todas las alarmas. La desaparición de latas de conserva obligó a los responsables del negocio a blindar este producto con una mampara. Las botellas de aceite tienen alarma. "Se llevan comida de todo tipo: carnes, pescados, embutidos, empanadas. Y lo peor es que cuando los pillas, nosotros y ellos nos morimos de vergüenza, ya que muchos son clientes habituales"
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