Hace unos años entró al establecimiento con mucha prisa un muchacho.Era un chico grande, rudo. Nos pidió unas alianzas. Él se probó una y le gustó, el problema vino cuando quiso comprar la de su novia. Le pedimos qué talla gastaba la chica y nos dijo que no sabía. Le aconsejamos que viniera otro día para poder llevarse el anillo apropiado. Nos contestó: "¡Pero si me caso en una hora!". La inscripción que pidió para el anillo fue: ´Te quiero, coño!´
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