Trescientos inspectores de Trabajo no tienen vacaciones de verano, porque están recorriendo el litoral español para detectar casos de fraude en el empleo que se estén produciendo en hoteles, restaurantes y bares, centrándose en trabajadores que no están dados de alta y en los que trabajan pese a cobrar prestación por desempleo. Los inspectores de Trabajo visitan de modo inesperado hoteles y bares para controlar que los empleados cumplen con la legislación, y también lo hacen en festivales musicales, como el FIB de Benicássim.
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