El marido de la empresaria Tamara Mellon, fundadora y presidenta de la firma Jimmy Choo, contrató los servicios de una empresa de detectives, Active Investigation Services [AIS], para fisgonear en los asuntos de su entonces esposa. Éstos le enviaron un e-mail en pleno proceso de divorcio con un encabezado que prometía suculenta información sobre su distanciado marido, un rico heredero norteamericano, Matthew Mellon. Pero era una trampa: incluía un troyano que registro sus acciones en el ordenador, incluyendo movimientos bancarios.
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