Rafael tiene 67 años y una enfermedad, artritis reumatoide deformante, que le obliga a estar postrado en una silla de ruedas. Tiene que ir al médico, pero el autobús que pasa por su casa, no puede subirlo porque no tiene rampa para minusválidos. "Tengo que ir una vez a la semana al Hospital a que me vea el médico y no puedo coger el autobús.Me veo obligado a sortear los coches y camiones por un camino sin aceras, y cruzar la vía del tren.A veces no tengo más remedio que llamar a un taxi y que me cobre 12 euros."
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