Es difícil no conmoverse ante la mirada triste de esta perra sin nombre. Hace unos cuatro meses irrumpió en las afueras de Betanzos, donde la N-VI toma rumbo a Madrid. En una isleta de tráfico junto al viejo asilo Manuel Naveira toma el sol y recibe el alimento de los vecinos. Muchos han intentado acariciarla, pero sin éxito. Bajo su carácter huidizo subyace un pasado de maltrato....
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