Dos monedas celtas de oro han sido descubiertas en el pantano de Bärenfels, en la zona de Basilea, y datarían de hace unos 2300 años. Las monedas son una estátera con un peso de 7,8 gramos, y un cuarto de estátera de 1,86 gramos. Las comunidades celtas continentales empezaron a usar la moneda a partir de su contacto con los griegos en el siglo IV a.C, hecho que se refleja en sus tipos monetales imitando acuñaciones de Filipo II de Macedonia.