Un estudio de Tuenti desvela que esa proporción de la población de entre 18 y 35 años recurre exclusivamente al móvil para organizar su tiempo de ocio.
Normal, ¿no?. No creo que el proceder ideal para cancelar una cita sea quedar en persona con el afectado para comunicarle que no vamos a poder asistir al encuentro concertado...
#2#4 Eso mismo estaba pensando yo... Es que es el mejor procedimiento. Es un medio síncrono y sabes que la persona ha quedado informada.
¿Cómo quieren cancelar la cita, por email? Hoy en día casi todos llevamos también el correo electrónico en el móvil, pero no todos y tampoco sabes si lo va a leer a tiempo. Le llamas y te aseguras de que queda enterado.
Comentarios
Normal, ¿no?. No creo que el proceder ideal para cancelar una cita sea quedar en persona con el afectado para comunicarle que no vamos a poder asistir al encuentro concertado...
#2 Eso estaba pensando yo, prefiero que me cancelen una cita por teléfono, que en el propio momento de la cita en persona.
#4 Lo mejor es sencillamente no acudir y que se quede el que sea esperando...
#2 #4 Eso mismo estaba pensando yo... Es que es el mejor procedimiento. Es un medio síncrono y sabes que la persona ha quedado informada.
¿Cómo quieren cancelar la cita, por email? Hoy en día casi todos llevamos también el correo electrónico en el móvil, pero no todos y tampoco sabes si lo va a leer a tiempo. Le llamas y te aseguras de que queda enterado.
#8 Ostia, me puedo comunicar con otra gente mediante Correo Electrónico? Yo pensé que solo valía para registrarse en foros.
La gente tiene en estima su pellejo...
El 99% de los jóvenes prefeiren dar calabazas sin mirar a la cara. Algunos de ellos incluso por móvil.
Yo hasta prefiero que me dejen por texto: corto, sin alargar el proceso, sin incomldidades...
Estudio de tuenti
![:lol: lol](https://cdn.mnmstatic.net/v_149/img/menemojis/36/lol.gif)
Aunque reconozco que suelo hacerlo
También recurren al propio dispositivo como excusa: la batería se acabó, no había cobertura, saldo o conexión de datos…
Cobardes
No dar la cara para que se vaya endureciendo es obligatorio y necesario para la juventud.
Encuesta confirma que vivimos en 2015, no en 1996.