Hace unos días saltó a la red un vídeo en el que un hombre obeso trataba de salir, con bastantes dificultades, de un BMW i8. Casi un minuto y muchos movimientos de contorsionismo fue lo que necesitó para salir de un coche que, si bien cuando lo probamos ya apuntamos que no era el más cómodo para entrar y salir, tampoco nos pareció el más crítico en este sentido.
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