Hace 6 años | Por Delapluma a nytimes.com
Publicado hace 6 años por Delapluma a nytimes.com

En octubre me mudé a la casa y recé para que mi esposo entrara en razón. Me encontraba muy mal, tanto emocional como físicamente. En los cinco años que estuvimos juntos había subido 20 kilos. Estaba hinchada y deprimida, me dolían las articulaciones y estaba en bancarrota. No tenía un centavo. Había imaginado inocentemente que ser dueña de una casa sería fácil y no habría contratiempos. En lugar de eso había gastado todo lo que tenía y...

Comentarios

M

Me alegro mucho por ella... y más por su ex-marido.

D

Otro problema de los licrosos

squanchy

Se compró una bicicleta sin sillín y fue feliz.

D

Mens sana in corpore sano. Yo vivo en Holanda y se nota lo de la bici.